Teatro social como herramienta de participación ciudadana en el municipio de Murcia
Social theater as a tool for citizen participation in the municipality of murcia
Resumen
El Teatro Social constituye una herramienta de dinamización social y comunitaria fundamental que permite, a través de la articulación entre el arte dramático y la intervención social, una participación activa de la ciudadanía, despertando en ellos el interés y la inquietud por los problemas que sufre su sociedad, generando ideas, alternativas y posibles soluciones.
Esta investigación se desarrollado un análisis teórico acerca del Teatro Social, sus orígenes, ramas de actuación y repercusiones basadas en experiencias previas. Para posteriormente, desarrollar una investigación práctica a través de la comparación y análisis cualitativo de las distintas experiencias de personas implicadas en el Teatro Social en el municipio de Murcia a través de una serie de entrevistas abiertas. Con la finalidad de comprender, en qué medida, el Teatro Social, desarrollado desde diferentes plataformas en el municipio de Murcia entre el año 2016 y el 2018, suponen una herramienta de participación ciudadana y desarrollo comunitario en el contexto en el cual se desarrolla.
Abstract
The Social Theater constitutes a fundamental social and community revitalization tool that allows, through the articulation between dramatic art and social intervention, an active participation of citizens, awakening in them the interest and concern about the problems suffered by their society, generating ideas, alternatives and possible solutions.
This research developed a theoretical analysis about Social Theater, its origins, branches of action and repercussions based on previous experiences. For later, to develop a practical research through the comparison and qualitative analysis of the different experiences of people involved in the Social Theater in the municipality of Murcia through a series of open interviews. In order to understand, to what extent, the Social Theater, developed from different platforms in the municipality of Murcia between 2016 and 2018, is a tool for citizen participation and community development in the context in which it takes place.
1. Introducción
El objeto de esta investigación es profundizar sobre diferentes experiencias relacionadas con el Teatro Social y la expresión corporal, realizadas en el Municipio de Murcia entre los años 2016 y 2018, dirigidas a diferentes colectivos, con el fin de entender cómo y en qué medida el Teatro Social puede ser una herramienta de participación ciudadana y dinamización comunitaria en el lugar donde se sitúa su práctica.
Augusto Boal [Fotografía], por La Máquina Teatro, 2019 (https://lamaquinateatro.es/).
A través de esta investigación se pretende analizar cómo el Teatro Social puede ser una herramienta de participación y cohesión social, transformadora de espacios en entornos y contextos de aprendizaje y de ejercicio de ciudadanía democrática y participativa. Por tanto, el fin de la investigación es entender en qué medida el Teatro Social, en la ciudad de Murcia, puede ser contextualizado en el entorno en el que se desarrolla para ser un canal de promoción de la participación y cohesión social, tal y como Augusto Boal (1931 – 2009), dramaturgo, escritor y director de teatro brasileño, conocido por el desarrollo del Teatro del Oprimido, como método y formulación teórica de un teatro pedagógico como herramienta para la transformación social. Expresa en dicha obra, Teatro del Oprimido, como el participante no es el espectador de su entorno, sino el actor de la transformación del mismo, poniendo en valor el aprendizaje situado y la creación de comunidades de aprendizaje que su praxis genera.
Augusto Boal, a través de su obra, Teatro del Oprimido, un teatro participativo que fomenta formas de interacción democráticas y cooperativas entre los participantes. Es un “teatro de ensayos” practicado por “actores de espectáculo” (no espectadores) que tienen la oportunidad de actuar y observar, una metodología que engendra procesos de diálogo y el pensamiento crítico. En el Teatro del Oprimido, el acto teatral se experimenta como una intervención consciente, como un ensayo de acción social enraizado en un análisis colectivo de problemas compartidos.
2. Objetivos
Por lo que respecta a los objetivos, a través de esta investigación, se pretende entender la relevancia real de la práctica del Teatro Social en el municipio de Murcia como una herramienta pragmática para la dinamización comunitaria y la participación ciudadana. Se establecen los siguientes objetivos en el planteamiento de la investigación.
Objetivo general:
- Comprobar mediante un estudio práctico cómo el Teatro Social puede favorecer la participación ciudadana en la ciudad de Murcia.
Objetivos específicos:
- Investigar si se pueden desarrollar estrategias de desarrollo comunitario a través del Teatro Social.
- Estudiar cómo a través de las diferentes acciones realizadas mediante el Teatro Social se desarrolla y promueve un enfoque intercultural.
3. Marco teórico
3.1. El Teatro Social: Origen y definición.
Entender el Teatro Social es entender el teatro como un lenguaje popular a través del cual, poder expresarse. El Teatro Social trata de hacer que el espectador se disponga a intervenir en una acción compartida, abandonando su condición de objeto y asumiendo plenamente su papel de sujeto. Por tanto, entender el teatro como lenguaje es promover el paso del espectador a la acción, es decir, constituye el paso a la participación ciudadana y la corresponsabilidad con el contexto.
Augusto Boal, dramaturgo, director y teórico teatral de origen brasileño, a través de la publicación de su libro Teatro del Oprimido, en el año 1974, hizo visible una propuesta teórica y práctica del teatro como herramienta social convirtiendo al espectador en parte activa del espectáculo. A diferencia de otros estilos de teatro, los cuales tienen como fin el mostrar la realidad, e interpretarla, el Teatro Social tiene como finalidad la transformación del actor y de la actriz en protagonistas de la escena dramática, transformación que no existe en el teatro escrito (Boal, A. 1980).
Según Augusto Boal, el ensayo estimula la práctica del acto en la realidad. El Teatro Social, el Teatro Foro, así como otras formas de teatro popular, en lugar de quitarle algo al espectador, le suministran el deseo de practicar en la realidad el acto ensayado en el teatro. La práctica de estas formas teatrales crea una especie de insatisfacción que necesita complementarse a través de la acción real, convirtiéndose en un “teatro de intervención” que estimula la voluntad de cumplir acciones reales. Por ello, el Teatro Social es un teatro que hace al espectador protagonista de la acción y que le permite intentar soluciones para su liberación.
En cuanto a los objetivos de socialización y valores relacionados con la práctica del Teatro Social, debemos incluir la confianza en el resto de las personas del grupo, la cooperación, la mejora de las relaciones interpersonales, la cohesión social y la participación. Asimismo, también puede incluirse la responsabilidad, el uso no consumista y responsable del tiempo libre, la resolución de conflictos y la inclusión social (Moreno, 2016). A su vez, en el Teatro Social también están presentes objetivos relacionados con el acceso y promoción de la cultura, potenciar la creatividad y aumentar la sensibilidad ante expresiones artísticas, aspectos a tener en cuenta en una sociedad donde parece no fomentarse la idea de que la innovación puede ser un acto de colaboración.
3.2. Principios Fundamentales del Teatro Social.
El Teatro Social tiene por objetivo utilizar las técnicas dramáticas como instrumentos para la comprensión y búsqueda de alternativas a problemas sociales e interpersonales. De este modo, el Teatro Social propone transformar al espectador incitándolo a reflexionar sobre su pasado, a modificar la realidad del presente y a crear su futuro. Así, se pueden establecer una serie de premisas que aglutinan la esencia del Teatro Social:
- El Teatro Social trata de hacer que el espectador se disponga a intervenir en la acción, abandonando su condición de objeto y asumiendo plenamente su papel de sujeto.
- Construir soluciones colectivas a problemas de carácter colectivo.
- El espectador debe ser un sujeto activo, un actor, en igualdad de condiciones con los actores que, a su vez, deben ser también espectadores.
- Un teatro, de carácter político, que trata de transformar la realidad y no solo de reflejarla.
- Un teatro que estimula la voluntad de cumplir acciones reales.
3.2.1. Concepto de Espect-Actor.
El Teatro Social parte del precepto de que el actor y la actriz dejan de interpretar al individuo y pasan a interpretar al grupo, a la comunidad, lo cual es una tarea mucho más compleja, aunque, al mismo tiempo, mucho más creativa. De este modo, el espectador se convierte en un sujeto activo, un actor en igualdad de condiciones con el resto de actores que, a su vez, deben ser también espectadores. Esta realidad es la que define a cada sujeto participante como un espect-actor.
Por todo ello, el Teatro Social facilita que los espectadores ya no deleguen en los personajes, ni para que piensen, ni para que actúen en su lugar. Según Augusto Boal, “puede que el teatro no sea revolucionario en sí mismo, pero sin dudas: ¡es un ensayo de la revolución!” (Boal, 1980:41).
3.3. Teatro Social y la Pedagogía del Oprimido
La obra Pedagogía del Oprimido (Freire, 1996) promueve la reflexión, la crítica y la problematización, en el sentido de análisis y diálogo para conseguir, en definitiva, la liberación y la transformación social.
El método de alfabetización de Paulo Freire pretendía que los alumnos aprendieran a descifrar, intervenir y transformar el entorno que les rodeaba. De ese modo, propiciaba una relación dialéctica y horizontal entre profesores y alumnos, cambiando radicalmente los roles vigentes en el ámbito educativo.
Según la Pedagogía del Oprimido, la tarea del enseñante no consiste en llenar la cabeza de los alumnos con el contenido de su narración sino en promover un aprendizaje crítico y constructivo.
Augusto Boal desarrolló los principios y métodos del Teatro del Oprimido a partir de una experiencia escénica que tuvo con campesinos peruanos en el marco de una campaña de alfabetización inspirada en la metodología de Paulo Freire.
Teatro Social en Murcia 1 [Fotografía], por SINESTESIA Iniciativas Socioculturales, 2017.
Por ello, la educación transciende las fronteras de los centros educativos para ser practicada en las comunidades a partir de los conocimientos compartidos aportando una visión y una reflexión crítica del contexto a través de una voluntad transformadora (Moreno, 2016).
3.3.1. Teatro Social y Teatro del Oprimido
La intencionalidad del Teatro Social está orientada a generar procesos de participación y a promover la responsabilidad colectiva, ya que el Teatro Social se transforma en una herramienta de creación de “poder popular” (Ander-Egg, 2006). Desde una perspectiva global podemos afirmar que el Teatro Social fomenta tanto la promoción de la gente para que asuma una responsabilidad individual o colectiva de cara a la solución de sus problemas, como la realización conjunta de actividades. En esta línea, el Teatro del Oprimido, tendencia teatral sistematizada por el dramaturgo, actor, director y pedagogo teatral de origen brasileño Augusto Boal en los años 1960, es un ensayo para la realidad, una intervención concreta en lo real, una práctica que enseña que es necesario conocer la realidad para poder transformarla.
Como experiencia desarrollada por Boal, es necesario señalar aquella desarrollada en Godrano, Italia, en el año 1977. La experiencia titulada “Los oprimidos frente a frente con el opresor” (Boal, 2002: 92) es la primera práctica de Teatro Foro desarrollada por el dramaturgo en la que las personas participantes y el público estaba formado tanto por oprimidos, como por opresores. Un ejercicio que exponía la realidad de la situación de la mujer frente a una autoridad heteropatriarcal en una sociedad rural de marcado carácter conservador. El hecho de representar en la plaza del pueblo una discusión familiar marcada por grandes prejuicios de género evidenció una realidad compartida por las familias presentes, iniciando una experiencia que sirvió para establecer relaciones de solidaridad entre las mujeres del pueblo.
3.4. El Teatro Social como herramienta de participación y mediación.
El Teatro Social es importante entenderlo desde la perspectiva de la mediación. La mediación artística es un modelo de educación artística con la que se produce una intervención social a través del arte. Esta forma de intervención pretende dar respuesta a las necesidades de los grupos con el fin de promover procesos de participación, de transformación, inclusión y para el desarrollo comunitario. La educación para la comprensión de la cultura visual y escénica tiene muchos puntos en común con la Pedagogía del Oprimido y con el Teatro Social, en el sentido de que se analizan imágenes de la vida cotidiana de las personas participantes, con el objetivo de adoptar una postura crítica ante la realidad que se vive.
Este modelo de educación artística no se interesa por la expresión artística, aunque aporta elementos que resultan de interés para nuestra perspectiva, especialmente la reflexión sobre las imágenes desde una perspectiva crítica (Moreno, 2016). Desde el Teatro Social no se pretende, por tanto, que las personas participantes en los talleres aprendan teatro, sino que las actividades sean un mediador de la intervención socioeducativa, del proceso de participación y del desarrollo comunitario, de ahí que hablemos de “mediación” artística (Bogart, 2007).
La Asociación Estatal de Educación Social (ASEDES, 2017) plantea, citando a García Molina, que las acciones mediadoras “Son aquellas acciones de acompañamiento y de sostenimiento de procesos que tienen como fin provocar un encuentro del sujeto de la educación con unos contenidos culturales, con otros sujetos o con un lugar de valor social y educativo” (ASEDES, 2007:16). Es más, la misma Asociación Estatal de Educación Social afirma que:
Cuando hablamos de acciones mediadoras no nos referimos específicamente a la mediación de conflictos ni lo entendemos como una enseñanza o transmisión de contenidos culturales. Consideramos que la mediación es un trabajo previo que se ha de hacer para que el sujeto de la educación pueda encontrarse con lugares, personas y contenidos. La mediación así entendida tiene como finalidad la emancipación progresiva del sujeto (ASEDES, 2007:16).
Por todo lo mencionado, los proyectos de mediación artística a través del Teatro Social suponen que la división tradicional entre el público y los actores se rompa para generar reflexión en el público, que participa en el desarrollo y avance de la obra, aportando opiniones y diferentes puntos de vista de la problemática que se está abordando. Por tanto, podemos afirmar que sin proceso de participación no sería posible el Teatro Social. La participación puede ser entendida desde diferentes perspectivas. Por ejemplo, las elecciones constituyen una forma de participación activa por parte de la ciudadanía cada cuatro años en la política de los países democráticos, regulada por el estado, en la que quedan excluidas las personas de origen extranjero.
Otro tipo de participación en nuestra sociedad es aquel relacionado con experiencias de consulta popular llevadas a cabo en los últimos años por ayuntamientos de ciudades como Madrid,[1] Barcelona,[2] o Zaragoza,[3] para conocer la opinión ciudadana ante determinados proyectos. No obstante, al margen de las elecciones, en las que no puede participar toda la ciudadanía, y de las consultas ciudadanas, no están previstas otras formas de participación en la vida pública.
Ahora bien, sí existen otras maneras de entender la participación más allá de que esta pueda darse en un momento concreto y puntual, podemos concebirla como un proceso constante. De hecho, la Constitución española plantea que:
Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social (artículo 9.2 de la Constitución Española, 1978).
Otro aspecto importante que hay que tener en cuenta cuando hablamos de procesos participativos es el concepto de ciudadanía. Para el desarrollo cultural comunitario, todas las personas que viven en un territorio tienen el mismo reconocimiento, los mismos derechos y, obviamente, cuando planteamos que su objetivo último es mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de un territorio, es sin excepción (Moreno, 2016).
Por ello, la participación se entiende como un derecho y obliga a los poderes a facilitarla, con lo que los ciudadanos tenemos derecho a participar igualmente en la economía, en la cultura y en la vida social. Pero ¿cuáles son los mecanismos que articulan esta participación?
La ciudadanía, como categoría política que alude a la pertenencia y a la participación de las personas en la sociedad, ha adquirido relevancia social y educativa en los últimos años (Ballesteros-Velázquez, Mata-Benito, y Padilla-Carmona, 2013).
El significado de la ciudadanía se vincula a la práctica, concibiéndose, así como un concepto dinámico y relacional, una forma colectiva de pertenencia activa a la comunidad (Ballesteros-Velázquez, Mata-Benito, y Padilla-Carmona, 2013). Es más, si profundizamos en el significado de ciudadanía y de ciudadano nos remitimos a la afirmación de Boal, el cual asegura que “el ciudadano no es aquel que vive en sociedad: ¡es aquel que la transforma!” (Boal, 2012:31).
La ciudadanía y las asociaciones vecinales viven el día a día de las comunidades y, por lo tanto, tienen un conocimiento directo de cómo es la vida en el barrio y qué problemas tiene. Además, los vecinos tienen derecho a participar en la toma de decisiones que afecta a su vida cotidiana y a su entorno inmediato.
Por tanto, no se trata de dirigir sino de trabajar conjuntamente permitiendo que el grupo avance según su propio ritmo y según el grado de implicación que desee (Boal, 1980), ya que sin participación no tenemos proyecto de desarrollo cultural comunitario. Por ello, cuando los profesionales se plantean un proyecto de este tipo y pretenden implicar al máximo a la comunidad, han de ser conscientes de que es prácticamente imposible la participación de todos los vecinos y con el mismo grado de implicación.
Los procesos participativos resultan complejos, pero son la base para generar sentimiento de pertenencia a la comunidad y para que el proyecto que se desarrolla se sienta como propio y tenga un efecto real en la ciudadanía. Es importante señalar que los participantes en el taller de Teatro Social puedan actuar como portavoces de los intereses de los grupos y devolver luego las aportaciones que se hagan a la comunidad. A su vez, el Teatro Social desarrolla el empoderamiento como un proceso que promueve y favorece que los individuos, los grupos y las comunidades conquisten más poder para lograr un mayor dominio de sus vidas. Este proceso de creación colectiva promueve el aprendizaje de la escucha, del diálogo, de la cooperación y de la participación.
La participación de la ciudadanía, en un estado de derecho, debe abarcar una serie de ámbitos que son los espacios para la participación y desarrollo de acciones o prácticas que le sirven de sustento. Por ello, bien sea en los ámbitos de actuación como en las actividades concretas, toda acción de participación ciudadana se enfoca desde diferentes perspectivas (Ander-Egg, 2006):
- En lo individual, tiende a estimular la emergencia de personas capaces de implicarse y comprometerse para aportar sus capacidades y habilidades en la transformación de su entorno.
- En lo social, tiende a fortalecer el tejido social mediante la participación en la vida colectiva, a través de organizaciones capaces de dar respuesta a los problemas y necesidades que se dan en el ámbito social, y a desarrollar el sentido de pertenencia y de afirmación de su propia identidad.
- En lo cultural, tiende a convertir un “público-espectador” en “participante-actor” de actividades sociales y culturales. Ello se consigue creando espacios de relación y comunicación.
- En lo educativo, tiende a ofrecer ámbitos de experiencia real para desarrollar formas y hábitos democráticos de actuación, al mismo tiempo que, en otro orden de cosas, se sensibiliza a la ciudadanía para que la preocupación de formación permanente sea algo que tiene que ver con el desarrollo de la propia vida.
Como se viene observando, el Teatro Social tiende a generar procesos de participación en la ciudadanía, por lo que su metodología debe estar orientada hacia este fin. Por ello, en la búsqueda de una metodología participativa hay tres cuestiones que debemos tener en cuenta (Ander-Egg, 2006):
- La superación de la concepción bancaria de la educación, para poder transformar la “pedagogía de la respuesta”, propia de la educación tradicional, en una “pedagogía de la pregunta”, centrada en el aprendiz.
- La búsqueda de la autogestión. Las acciones de Teatro Social buscan desarrollar la creatividad, como una capacidad para dar respuesta a los propios problemas, mediante el trabajo conjunto y la participación.
- La marcha hacia una pedagogía de la comunicación total, como estrategia más eficaz para comunicarse con la gente y para que los mensajes no solo sean transmitidos, sino también recibidos.
En estos procesos, el grupo supone algo más que la suma de sus miembros, ya que permite a los individuos crecer y aprender juntos, aportando el acompañamiento que refuerza los propios planteamientos. De ahí la necesidad de buscar aliados, de crear vínculos que permitan la consecución de fines comunes:
A lo mejor una obra de teatro es mucho mejor de profesionales, seguro que, de amateur, pero la ventaja de que lo hagan amateur es que han estado tres meses juntándose siete personas y eso crea vínculos; y esos vínculos además se construyen y cuando haya un problema […] esos siete tendrán vinculación para poder articular una protesta, una queja, o buscar una solución (Ballesteros-Velázquez, Mata-Benito, y Padilla-Carmona, 2013:134).
3.5. Teatro Social y Educación Social.
Desde la profesión del educador social, el Teatro Social debe ser entendido como Teatro del Oprimido, con una orientación muy concreta: transformar al espectador en protagonista de la acción y ayudarle a resolver conflictos reales.
El Educador Social debe hacerse cargo del mundo, mediar entre él y los sujetos, acompañar a estos últimos en su particular tránsito y sostenerlo, sin validar su acción, pero inventando artificios y disponiendo de los elementos del primero para que el segundo pueda encontrarlo y quiera entrar por sí mismo, hasta que pueda manejarse en él (García, 2003). Es más, todo Educador Social debe servir de guía para despertar lo que los participantes atesoran en su interior.
La educación es uno de los motores principales de construcción de cohesión social y equidad de las sociedades. La Educación Social es reconocida como un derecho y una práctica imprescindible para cualquier proceso social de emancipación, hasta tal punto que no puede entenderse sociedad sin educación, y viceversa.
Por ello, una educación al servicio de la democracia y los derechos humanos implica repensar el sentido público de la educación y desarrollar un planteamiento de fondo sobre qué acciones pueden realizar contribuciones clave para construir la convivencia intercultural, porque alcanzar este objetivo supone promover una representación social del ámbito educador en un sentido amplio y abierto, como espacio articulador del sentido educativo en un territorio, mediante una fuerte carga simbólica que proyecte un sentido comunitario.
4. Marco metodológico
En el desarrollo de este estudio, se ha optado por utilizar una metodología cualitativa. La metodología de investigación cualitativa “implica la utilización y recogida de una gran variedad de materiales –entrevista, experiencia personal, historias de vida, observaciones, textos históricos, imágenes, sonidos- que describen la rutina y las situaciones problemáticas y los significados en la vida de las personas” (Rodríguez, 1996:32). Asimismo, en toda investigación de tipo cualitativo se pretende buscar “la subjetividad, y explicar y comprender las interacciones y los significados subjetivos individuales o grupales” (Álvarez-Gayou, 2003:41).
De esta metodología se ha tomado el cuerpo de conocimiento teórico como base para llevar a cabo una investigación con una selección de personas relacionadas con el Teatro Social en el municipio de Murcia durante los años 2016 y 2018. Se ha contactado con personas que realizaban Teatro Social en el municipio de Murcia, y que ha desarrollado un rol relevante en el diseño y ejecución de acciones de Teatro Social en el municipio. De modo que, todas las personas que han colaborado en la investigación, practican y usan el Teatro Social como herramienta de participación en el municipio de Murcia, y están vinculados a él, ya sea como participantes o como gestores y dinamizadores de acciones propias del Teatro Social.
Todos estos participantes colaboraron de un modo activo en la investigación a través del desarrollo de entrevistas abiertas donde la persona entrevistada, a través de la única pregunta de ¿De qué manera el Teatro Social puede ser una herramienta de participación ciudanía en el municipio de Murcia? Las entrevistas, desarrolladas mediante “coloquios abiertos” en los cuales “la persona coloquiada es la que decide los temas que desea aportar al conocimiento de la realidad comunitaria” (Giménez, 2014:100), aporta un capital de conocimiento desde una visión etnográfica basada en la percepción subjetiva, así como la experiencia, de la propia persona entrevistada. El registro de esta información se realizó mediante la grabación del audio de las entrevistas, previa autorización de la persona entrevistada. De este modo, el dialogo resultante de la entrevista abierta no se veía contaminado de la toma de notas y reflexiones, centrando la interlocución en la observación directa del entrevistador.
Cuadro 1: Entrevistas y descripción de los entrevistados
Elaboración propia
5. Análisis
Tras el desarrollo de las entrevistas abiertas con las personas seleccionadas, vinculadas al desarrollo de iniciativas de Teatro Social en el municipio de Murcia, entre los años 2016 y 2018 y tras la sistematización del registro de la información desde una perspectiva etnográfica como método de investigación consiste en la observación de prácticas culturales de los grupos sociales, el análisis de los datos cualitativos, ha sido el siguiente. Tras la transcripción de los mismos, se ha procedido a seleccionar los temas más relevantes de cada conversación, en función de la incidencia con respecto a los objetivos de la investigación desarrollada, así como la frecuencia de los temas abordados.
De este modo, del análisis de las diferentes entrevistas realizada, podemos extraer que, se define el Teatro Social como “una herramienta a través de la cual, la ciudadanía puede mostrar su malestar ante cosas con las que no está de acuerdo que ocurren a diario en su entorno”. (Entrevista 2).
Teatro Social en Murcia 2 [Fotografía], por SINESTESIA Iniciativas Socioculturales, 2017.
Esta definición se centra esencialmente en la función crítica del Teatro Social frente a cualquier situación que se presente en la sociedad. Asimismo, el Teatro Social también se define como “un conjunto de técnicas con vías y metodologías que fomentan el empoderamiento de una comunidad” (Entrevista 6), así como “una herramienta muy importante de emancipación y de participación” (Entrevista 3). Ambas definiciones hacen hincapié en la función esencial que tienen los ciudadanos dentro del Teatro Social, función que hace posible que el Teatro Social se desarrolle y cumpla con sus objetivos como herramienta transformadora de la sociedad.
Todas las ideas referentes al Teatro Social quedan aglutinadas en la siguiente definición, la cual refleja el Teatro Social como “una herramienta de participación de personas que aman el teatro, la representación artística, que además consideran que es la vía adecuada para comunicar distintos temas al resto de su barrio, de su comunidad” (Entrevista 7).
5.1. Teatro Social y participación ciudadana
A través del análisis de las entrevistas, y en coherencia de los objetivos establecidos para esta investigación, se puede afirmar que, la participación ciudadana constituye el elemento esencial del Teatro Social sin el cual éste perdería su razón de ser, ya que los ciudadanos constituyen los principales actores participantes del Teatro Social. El concepto de ciudadanía se ha de tener en cuenta constantemente cuando hablemos de participación, puesto que los ciudadanos tienen como deber trabajar para conseguir que la sociedad en la que viven mejore progresivamente. Este enfoque del Teatro Social ha sido corroborado a través de la gran mayoría de las entrevistas realizadas mediante una serie de afirmaciones.
Tal y como se recoge en las entrevistas, a modo de coloquio, afirmaciones como “el Teatro Social es una herramienta a través de la cual la ciudadanía puede mostrar su malestar ante cosas con las que no está de acuerdo que ocurren a diario en su entorno” (Entervista 2), queda fundamentado cómo el Teatro Social tiene como uno de los objetivos la participación de la ciudadanía con la finalidad de que todos puedan mostrar sus disconformidades y actuar en consecuencia. Estas afirmaciones pueden relacionarse directamente con una de las perspectivas de participación ciudadana establecidas por Ander-Egg (2006) como lo es el ámbito social.
Teatro Social en Murcia 3 [Fotografía], por SINESTESIA Iniciativas Socioculturales, 2017
Según este autor, la participación ciudadana se relaciona en el ámbito social ya que permite fortalecer la sociedad a través de la participación de los diferentes miembros que la componen, participación que permite que la ciudadanía exprese las necesidades y las dificultades que presenta dicha sociedad.
Por ello, a través del Teatro Social se fomenta el sentimiento de pertenencia a una comunidad, sentimiento que resulta esencial para que la participación ciudadana se pueda desarrollar. La participación en el Teatro Social constituye la esencia de esta práctica, puesto que, a diferencia del teatro profesional, donde existe un director de obra y los actores interpretan un papel, en el Teatro Social todos los actores son directores de las acciones del grupo, aportando sus opiniones, puntos de vista, sugerencias y propuestas de mejora para alcanzar los objetivos propuestos.
Sin embargo, el Teatro Social no es solamente una herramienta de participación, sino que también constituye una herramienta de empoderamiento de la ciudadanía muy importante, “un empoderamiento que poco a poco va a ir construyendo una transformación en el territorio” (Entrevista 4). Cuando la ciudadanía participa de un modo activo, se convierte en una de las responsables del rumbo que toma la sociedad en la que se encuentra, favoreciendo así que dicha sociedad pueda llegar a transformarse. De este modo, “la persona que realiza Teatro Social se siente protagonista de sí mismo, la empodera en una sociedad donde cada vez los ciudadanos somos menos protagonistas. El Teatro Social crea un contexto donde la propia ciudadanía decide” (Entrevista 1).
Todas estas acciones, especialmente las que se desarrollan en distintos espacios, permiten despertar la conciencia de la ciudadanía y pueden servir para que se plantee la posibilidad de que las injusticias pueden ser solventadas, que los problemas pueden ser solucionados y que todos tenemos un papel importante en el desarrollo de la comunidad. Ante estas afirmaciones, cabe destacar que todos los ciudadanos somos responsables de cualquier circunstancia que afecte a la sociedad, a la ciudadanía. Esta responsabilidad otorga a los ciudadanos un gran poder para decidir sobre el devenir de su comunidad, puesto que “los ciudadanos tenemos derecho a participar igualmente en la economía, en la cultura y en la vida social” (Entrevista 1).
Por tanto, a través de las diferentes entrevistas realizadas, podemos dar respuesta al objetivo principal de dicha investigación, el cual hacía referencia a la comprobación mediante un estudio práctico de cómo el Teatro Social puede favorecer la participación de la ciudadanía en el municipio de Murcia. Con todo, a través de las afirmaciones de las personas entrevistadas podemos afirmar cómo el Teatro Social en el caso de Murcia permite una participación activa de la ciudadanía, compartiendo inquietudes, problemas, dificultades, etc., que suponen el primer paso para la resolución de conflictos.
5.2. Teatro Social en Murcia
En el municipio de Murcia, el Teatro Social se encuentra presente en la sociedad de diversas maneras. Se desarrollan una serie de actividades diferentes que implican a la ciudadanía de ciertos barrios de la localidad, actividades que tienen diversas repercusiones. A través de pequeñas iniciativas desarrolladas por iniciativas como “Sinestesia Iniciativas Socioculturales” o “Ayeklaun”, principalmente en la zona periférica del municipio. En el espacio que corresponde a dicha investigación, entre los años 2016 y 2018, estas iniciativas han sido desarrolladas en barrios populares del municipio de Murcia, caracterizados por su alta diversidad étnico-cultural.
- Actividades
El Teatro Social en el municipio de Murcia durante los años 2016 y 2018, se ha desarrollado en distintos barrios y con diferentes actividades, mediante las cuales, se han trabajado temas de diferente índole y con grupos de personas diversos.
Centrándonos en las actividades que se desarrollan en Murcia destaca el Teatro Social desarrollado con niños y niñas, lo cual permite “construir espacios de participación infantil” (Entrevista 8). Gracias al Teatro Social, se puede mostrar a los más pequeños situaciones conflictivas de un modo diferente, no violento para ellos, pero que sí despierte en los niños y niñas la inquietud por saber, por querer opinar y querer solucionar, es decir, a través del Teatro Social se pretende darles “la oportunidad de manifestar cómo les hacía sentir el entorno y qué soluciones podían aportar al mismo” (Entrevista 5). De este modo, si el Teatro Social empieza a desarrollarse desde la infancia, los niños y niñas interiorizarán la necesidad de cooperación y participación, al tiempo que se formarán en la interculturalidad y considerarán la búsqueda conjunta de soluciones a problemas comunes como un denominador común en su vida y en su relación con las demás personas que forman su entorno.
En el municipio de Murcia no solamente se han realizado actividades con niños y niñas, sino que también cabe resaltar las relacionadas con adolescentes, tal y como se destaca en las entrevistas. El Teatro Social constituye una vía de escape para los problemas o conflictos que puedan tener las personas participantes, sea cual sea la edad que tengan dichos participantes, puesto que los problemas y conflictos pueden surgir a cualquier edad. El Teatro Social constituye, de esta forma, una herramienta que “te enseña a trabajar en equipo, a entender que no vivimos aislados y que para luchar por tus derechos y contra las opresiones tienes que organizarte y participar de la comunidad” (Entrevista 3), independientemente de las diferencias de edad, procedencia o cultura.
Como bien se puede comprobar, en Murcia se desarrollan algunas actividades propias del Teatro Social, lo cual demuestra una clara evidencia de la preocupación que existe en el municipio por desarrollar técnicas que puedan contribuir a mejorar la sociedad. No obstante, la presencia de ciertas actividades de esta índole no significa que la repercusión del Teatro Social en Murcia sea todo lo deseable que se esperaría, ya que “existen iniciativas con mucha fuerza, pero a lo mejor han tenido poca continuidad en el tiempo” (Entrevista 5). Por ello, en el siguiente apartado se exponen diferentes opiniones de las personas entrevistadas acerca de las repercusiones reales que el Teatro Social está teniendo en el municipio de Murcia y cuál es la visión de dichas personas con respecto del tema que nos ocupa.
6. Conclusiones
A través del análisis de las entrevistas realizadas, se puede afirmar que el Teatro Social es una herramienta que sirve para concienciar a los miembros de una comunidad sobre el estado de su propia realidad. Cada una de las perspectivas que adopta el Teatro Social va enfocada a la toma de conciencia y la búsqueda de soluciones colectivas para conseguir que una comunidad mejore y se adapte a las necesidades de su ciudadanía. Pretende despertar en la ciudadanía la necesidad de actuar a través del Teatro Social como una herramienta clave para superar las barreras culturales y potenciar el enfoque intercultural en una sociedad en la que conviven personas de distintas procedencias pero que, pese a ello, comparten las mismas inquietudes, preocupaciones e intereses para con la comunidad.
El Teatro Social en la ciudad de Murcia se convierte en una herramienta de empoderamiento, genera “poder popular” en la comunidad, crea condiciones de equidad entre sus miembros ya que los expone a una realidad de conflicto, opresión o dificultad que afecta a todos sus integrantes.
Por tanto, el Teatro Social no se convierte solamente en una herramienta de participación ciudadana, sino que su actividad, trasciende en una actividad transformadora de la comunidad en la que se desarrolla, ya que si los ciudadanos se sienten responsables de los problemas sociales se convertirán en los principales actores de la transformación que precisa dicha sociedad.
7. Valoración
La realización de esta investigación supone la reflexión sobre el Teatro Social como herramienta de desarrollo comunitario e intercultural de la comunidad en el Municipio de Murcia, a través de una dinámica de colaboración basado en la participación ciudadana a través del establecimiento de relaciones basadas en la equidad. La presente investigación pone en valor la necesidad del desarrollo de técnicas propias del Teatro Social como herramienta de empoderamiento en comunidades, barrios y territorios caracterizados por su diversidad étnico cultural, así como el desarrollo de acciones de Teatro Social con diferentes grupos poblacionales, en función de la edad, con la finalidad de establecer diferentes dinámicas de dinamización social y participación ciudadana. Para ello, es esencial entender el Teatro Social como una herramienta entre el Arte Dramático y la Intervención Social, que facilita la articulación entre ambos campos de conocimiento con el fin de promover el empoderamiento de la ciudadanía.
El desarrollo de las acciones de Teatro Social desarrolladas en el municipio de Murcia entre 2016 y 2018, ha supuesto la dinamización de aquellos contextos en donde dichas acciones han sido desarrolladas, principalmente en barrios periféricos del municipio, barrios de clase popular, marcados por un alto índice de diversidad etnocultural. En este desarrollo de la participación ciudadana es necesario entender el valor de la permanencia del desarrollo de acciones propias del Teatro Social, con la finalidad de lograr la autonomía de las comunidades, así como el desarrollo comunitario de la propia sociedad como vía para una plena participación ciudadana.
Bibliografía
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Para contactar con el autor:
Tomás Israel López Marin. Email: ilopezmarin.ilm@gmail.com
[1] Consulta pública sobre la nueva Ordenanza de Limpieza y Gestión de Residuos en la ciudad de Madrid. Enlace [26-07-2018]
[2] Red ciudadana en Barcelona para la gestión del agua de forma pública, democrática y participativa. Enlace [26-07-2018]
[3] Presupuestos participativos como herramienta de democracia participativa, directa y deliberativa del gobierno municipal de la ciudad de Zaragoza. Enlace [26-07-2018]
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